11 mar 2024

Herida materna en proceso de sanacion, pero aun sangra.

La sociedad tiene un concepto idílico del concepto de madre. Frases como "madre no hay más que una" o "El amor de una madre es el amor más puro", entre otras, son muy frecuentes en nuestra sociedad. Nuestra sociedad considera el amor de una madre como algo puro, noble e incondicional. Ser "madre coraje" es uno de los estándares más altos que otorga nuestra sociedad. Y si bien conseguir estos estándares es casi imposible para casi todas las mujeres que trabajamos, tenemos intereses propios, pareja, casa.... Es cierto que hay madres que no se merecen tal título.

Empecemos por definir madre, en el sentido literal es una mujer que ha creado y parido vida. En el sentido más amplio de la palabra, es quien cría, educa, se preocupa por su hija/o y da amor. El problema es que muchos de nosotros venimos de familias disfuncionales, con madres disfuncionales que lejos de dar amor, más bien dan disgustos y malas experiencias.

En mi caso, yo fui fruto de un matrimonio no deseado; mis padres se casaron porque mi madre se quedó embarazada. Mi padre era alcohólico y nos maltrataba física y psicológicamente a mí y a mi madre. Mi madre que siempre ha sido una "víctima" en la vida, se resignó y nos crió a mi y a mi hermano en esa situación.

Cuando por fin se divorció de mi padre yo tenía 23 años. Poco después del divorcio, mi hermano desarrolló esquizofrenia, por lo que mi madre también pasó por un periodo muy duro con mi hermano.

Yo nunca me sentí querida o valorada por mi madre, pero como ella tenía una vida tan difícil: mi hermano, mi padre, siempre sin dinero, un desastre de vida, yo siempre la justificaba. La justificaba hasta tal punto que yo me sentía responsable de mi madre. Error. Una hija no puede hacer el rol de una madre, eso nunca termina bien. Este rol insalubre con mi madre me ha creado una profunda Herida Materna. ¿Qué es la herida materna?

Según Bethany Webster, la Herida Materna es "dolor de ser mujer transmitido de generación en generación en culturas patriarcales. E incluye los mecanismos disfuncionales de afrontamiento que se utilizan para procesar ese dolor. Estas dificultades y desafíos entre madres e hijas son rampantes y generalizados, pero no se habla abiertamente de ellos. Generalmente se considera tabú reconocer y discutir dinámicas dolorosas con nuestras madres. Este silencio sobre la verdad de las relaciones madre-hija es parte de lo que mantiene la Herida Madre en su lugar, manteniéndola oculta en la sombra, supurando y fuera de la vista"

En mi caso, empecé a darme cuenta de que mi relación con mi madre no era sana en 2021. Tras dos años sin ver a mi madre, debido a la pandemia, llegué a Sevilla, mi ciudad natal, con mi hijo de 7 años. En el aeropuerto encontré a mi tío Leo, uno de los mejores regalos de mi vida, que vino a recogernos. Cuando le pregunté a mi tío dónde estaba mi madre, él dijo que se había quedado en su casa durmiendo la siesta. Sí, ahí estaba yo, tras un viaje de largas horas desde Texas. La hora de mi llegada no le iba bien a mi madre, parece. Llegué a su casa un rato más tarde, profundamente dolida con ella, pero ahí no terminaba la cosa; en la casa no tenía luz, agua caliente, comida o una nevera funcional. Por supuesto, recogí a mi hijo y me fui a casa de mi tío, quien no daba crédito. Cuando le pregunté por la razón de tal recibimiento, su respuesta fue "¿Qué quieres? ¡No tengo dinero!" Ahí queda eso.

Este año he vuelto a España, esta vez en Navidad. Hacía años que no celebraba la Navidad en España con mi familia. Mi madre, que hace un año que no me ve y que no ha celebrado la Navidad conmigo en años, prefirió quedarse a celebrarla con su novio y los hijos de su novio. Además, cuando fuimos a ver a mi hermano, que vive en un centro de salud mental en un pueblo muy aislado de Jaén, la mujer no paraba de quejarse por tener que llevar las medicinas de mi hermano encima, por estar según ella "caminando mucho" y otras muchas quejas constantes de la señora. ¡Qué suplicio!

Yo no me siento querida por mi madre. Mi madre no solo no me da cariño o me pregunta cómo estoy, mi madre me hace daño. Sin embargo, yo no puedo cambiar a mi madre, nadie puede. Ella es una mujer adulta que hace y se comporta como quiere. Mi madre siempre es la "víctima", que no se hace responsable de absolutamente nada. Sin embargo, sanar mi herida depende de mí, no de ella.

De momento, si te sientes de alguna manera identificado con esta historia, ve a buscar ayuda profesional. Hablar con un psicólogo sobre este tema es fundamental. Sin embargo, además de la ayuda psicológica, considera estos consejos.

  1. 1. Debes aceptar que tu madre no va a cambiar, y tienes que respetarlo. Puedes cambiar tú, pero ella no lo va a hacer. No esperes nada de ella. NADA.


  2. 2. Saber que tienes derecho a una relación sana con tu madre. También tienes derecho a alejarte de ella si la relación no es sana para ti. Te recuerdo que una madre solo es madre si ejerce como tal, si no, es mejor no tenerla.


  3. 3. Aceptar que tienes una Herida Materna y superarla requiere un duelo. El duelo tiene 5 fases de las que hablaré en mi próximo post.


  4. 4. Escribe mucho. Escribe sobre el enfado, tienes derecho a enfadarte. Escribe sobre lo que te gustaría de tu madre, sobre tus carencias afectivas, sobre cómo su comportamiento te ha afectado como persona. Escribe, escribe, escribe. Saca todos esos sentimientos fuera, no te dejes nada dentro.


  5. 5. Refuerza tu autoestima y amor propio.

Seguiré hablando sobre esto en mis futuros posts. Estoy en proceso de sanar mi Herida Materna, te contaré cómo lo estoy haciendo. Mientras tanto...

Que tengas una maravillosa vida! 💗

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