En mi caso, la razón de todas estas características es el miedo a que algo malo pueda ocurrir en cualquier momento. No me siento segura. ¿Qué tiene que ver esto con lo descrito anteriormente? Aquí te lo explico, por si esto también puede servirte a ti.
De pequeña yo no me sentí amada y protegida por mis padres. Los niños dependen de sus padres para la supervivencia. Para ellos, sentir amor y protección de tus padres es fundamental, eso crea las bases del amor propio y el sentimiento de seguridad en el mundo. En mi caso, yo podía estar en casa jugando tranquilamente; pero si mi padre llegaba y estaba de malas, me pegaba a mí y a mi madre. Cuando mi padre se ponía agresivo perdía totalmente el control, realmente sentía que mi vida y la de mi madre estaba en peligro. Recuerdo tener verdadero pánico. Cuando mi padre llegaba a casa, recuerdo tener miedo. Yo pensaba algo como "a ver de qué humor está hoy". Es por eso que, aunque por fuera parezco tranquila, dentro de mí hay una alerta constante porque una desgracia puede ocurrir en cualquier momento. Es por eso que soy una persona muy perfeccionista y necesito tenerlo todo bajo control, ese control me da una falsa sensación de seguridad. Esta alerta constante, inconsciente, no es forma de vivir. Por supuesto que las cosas pueden pasar en cualquier momento de manera inesperada, pero no se puede vivir en alerta por si algo ocurre. La vida sigue y los acontecimientos vendrán o no, si tienen que venir.
En relación con la codependencia, el miedo al rechazo, a establecer límites, etc. Recientemente, con mi terapeuta, me puse a pensar en el porqué. Siempre me había planteado cómo me siento cuando soy rechazada, y claro, siento que no valgo, que no soy lo suficientemente buena, que hay algo en mí que no está bien. Sin embargo, esta vez lo abordé desde otra perspectiva, ¿Cómo me siento cuando me siento querida y aceptada? La respuesta me paralizó, me siento segura.
Yo, como todos los seres humanos, necesitamos formar parte de un grupo, esto ha garantizado nuestra supervivencia como especie. Sin embargo, en mi caso es algo enfermizo. Me cuesta mucho aceptar el rechazo porque me hace sentir que no estoy segura. De ahí, los problemas para poner límites, la necesidad de complacer a otros, incluso a costa de mí misma.
Esta falta de seguridad no la suple el hecho de que tenga una familia preciosa que me adora, tampoco la suple el que viva en un entorno seguro. Lo que hay dentro de mí está en mi inconsciente y este ha estado influyendo en mi vida consciente por mucho tiempo. Actualmente, aún estoy trabajando en esto y aún voy a necesitar tiempo para sentirme segura. Pero, de momento, me apoyo a mí misma con un mantra: "Yo, María Del Pino, estoy, y me siento, a salvo y segura en todo momento lugar y circunstancia".
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Gracias por compartir tu opinión.