12 mar 2024

¡Se acabó! Yo no merezco esto.



Finalmente, ese día llega. Ese día en que decides liberarte del drama, de la ansiedad, de aquello que, lejos de sacar lo mejor de ti, saca todo lo peor. Ese día finalmente llega, pero no es fácil. Con el hecho de romper con todo y con todos, también llega la culpabilidad, el miedo, la vergüenza. Limpiar nuestro camino de marañas es una tarea difícil, pero quiero que sepas que no estás solo. Yo y millones de personas más en el mundo estamos contigo.

Lo primero que tienes que saber es que estás en todo tu derecho. No te sientas culpable por salir de esa situación que te hace desdichado y te provoca malestar. Tienes derecho a ser feliz. El mundo necesita gente feliz, que irradie felicidad y a su vez la esparza también por el mundo. No podemos ser la mejor versión de nosotros mismos y dar lo mejor de nosotros al mundo si estamos sometidos a situaciones y/o personas indeseables.

Cuando hablo de situaciones y/o personas indeseables, me refiero a todos. "Todos" incluye a esa amiga de la infancia con la que ya no conectas, tu madre, tu pareja... Quien sea que, lejos de darte cariño, solo te dé sufrimiento y malestar.

Por supuesto, el proceso de la despedida conlleva un duelo. ¿Qué es el duelo? El duelo es una experiencia emocional y psicológica que ocurre como respuesta a una pérdida significativa, como la muerte de un ser querido, la pérdida de un empleo, el fin de una relación amorosa, entre otros eventos importantes en la vida de una persona. Por el motivo de esta publicación, nos referiremos al duelo como a la finalización voluntaria de cualquier tipo de relación.

Durante este duelo pasarás por 5 fases:

Negación: En esta fase quizás aún no te atrevas a dar el paso. En esta fase aparecen dudas, miedos, culpabilidad. Tu mente, aunque sabe que las cosas no están bien, busca una excusa para no dar el paso. Piensa que esto es totalmente normal. Sin embargo, si tu corazón te grita que debes salir de esa situación, probablemente es lo que debes hacer.

Ira: Te enfadas con esa persona. Te sientes indignado, no entiendes por qué las cosas son así, lo que te hace estar profundamente enfadado.

Negociación: En esta fase es normal querer arreglar las cosas, buscar una reconciliación, buscar un punto medio donde ambas partes salgan beneficiadas. En esta fase es normal pensar que quizás esa persona cambie si se lo pides.

Aceptación: En esta fase por fin superas esta pérdida. Perdonas a esa persona por el daño causado y sigues tu camino habiendo superado esta relación. Sí, para superar todo esto debes perdonar a la otra persona. Como decía Louise Hay: "Todos somos víctimas de víctimas". La otra persona también es un ser humano. Eso no significa que tengas que volver a tener relación con esa persona, pero sí debes entender que esa persona también es humana y ha actuado según sus razones para hacerlo.

Ahora, llegados a este punto, esta persona ya no te afecta. Entiendes que es una persona diferente a ti y la respetas como tal, pero ya no bailas al son de su música. En este punto, tú eres el que marca el paso en la relación o simplemente te marchas para siempre.

Es importante tener en cuenta que estas fases no son necesariamente lineales ni universales, y no todas las personas experimentarán todas las fases o en el mismo orden. El duelo es un proceso individual y único para cada persona. En estos momentos, es fundamental tu propia autocompasión.

Ser autocompasivo es una cualidad importante, especialmente durante períodos de dificultad como el duelo. Aquí hay algunas razones por las cuales la autocompasión es importante en estos momentos:

Validación emocional: Ser autocompasivo implica reconocer y validar tus propios sentimientos y experiencias. Esto te permite aceptar tus emociones sin juzgarte a ti mismo, lo cual es crucial para el proceso de duelo.

Reducción del sufrimiento adicional: Al ser compasivo contigo mismo, evitas añadir más sufrimiento a tu situación. En lugar de criticarte por cómo te sientes o por no estar "bien", te permites sentir lo que sientes sin culpa ni autocondena.

Construcción de resiliencia: La autocompasión te ayuda a construir resiliencia emocional al permitirte experimentar y procesar tus emociones de manera saludable. En lugar de reprimir tus sentimientos, te permites sentirlos y luego encontrar formas de manejarlos.

Fomento de la autoaceptación: Practicar la autocompasión fomenta la autoaceptación. Te enseña a tratarte a ti mismo con amabilidad y comprensión, incluso en momentos de dificultad. Esto puede ayudarte a desarrollar una relación más positiva contigo mismo en general.

Mejora del bienestar mental y emocional: La autocompasión está relacionada con una mejor salud mental y emocional. Al permitirte sentir compasión por ti mismo, puedes experimentar una mayor sensación de bienestar, incluso en medio del dolor y la pérdida.

En resumen, ser autocompasivo durante el duelo es fundamental para navegar por este proceso de manera saludable y constructiva. Te permite cuidarte a ti mismo emocionalmente y te ayuda a encontrar la fuerza necesaria para seguir adelante a través de la adversidad.

¡Que tengas una maravillosa vida! 💗


La memoria y la percepción son subjetivas. Este blog se fundamenta en mis experiencias personales y en cómo mi infancia ha influido en mi vida, así como en mi actual búsqueda de crecimiento personal. Aunque este contenido puede equipararse al de un profesional de la salud mental, es importante tener en cuenta que no soy uno. Si crees que estás enfrentando problemas mentales o emocionales, te recomiendo encarecidamente que busques ayuda profesional. Personalmente, cuento con una terapeuta excepcional que me brinda un gran apoyo en este proceso que comparto contigo.Sin embargo, es fundamental dejar claro que este blog es una exposición de mis percepciones y opiniones personales; por lo tanto, no tiene la intención de brindar ningún tipo de tratamiento o terapia.

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por compartir tu opinión.